No era la primera vez que se había marchado ni era la primera vez que volvía, pero esta vez era diferente, esta vez les miro a todos con ojos firmes y les dijo que había venido para quedarse en este mundo, que podían confiar en el, que aprendería a vivir en vez de andar persiguiendo quimeras y que dejaría de soñar y divagar para empezar a pelear por lo que le importaba... La mayoría soltó un bufido de incredulidad o una mirada de condescendencia, pero ella no, la chica de los ojos de color indescifrable le creyó firmemente.
Le creyó porque en el fondo deseaba creer en sus palabras mas que todas las cosas, y el rogó a dios si es que existía tal cosa que por favor fuera cierto lo que juraba, porque el mas que nadie necesitaba creer en si mismo...
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